El 92 por ciento de las tormentas se producen entre mayo y septiembre, en los mismos meses en que desarrollamos nuestra actividad golfista con mayor frecuencia, al menos en el Norte de España, así que no será extraño que en estos meses nos coincida un día, que jugando al golf, aparezca una tormenta. ¿Qué hacer?
Desde luego dejar de jugar inmediatamente pero abandonando la bolsa en el lugar en donde estemos ya que los metales que van en ella pueden atraer un rayo. No debemos permanecer cerca de la bolsa a menos de 30 metros y ojo con esa tormenta que está lejos ya que los rayos pueden caer a 20 kms de distancia desde dónde se está produciendo.
Hay que retirarse de todo lugar alto, cumbre, cima, loma y refugiarse en zonas bajas no propensas a inundarse o a recibir avenidas de agua.
Tampoco debemos de correr y menos con ropa mojada ya que la carrera puede formar una turbulencia en el aire, asunto esté que me parece muy improbable para nosotros (escribo para el mundo senior no para Usain Bolt ) pero ahí queda, y su zona de conversión puede atraer al rayo.
Otra cosa que debemos hacer es apagar nuestro teléfono móvil ya que sus radiaciones electromagnéticas pueden atraer a los rayos. De hablar por él ni os cuento, podemos quedar como Sara.
Nunca debemos refugiarnos debajo de un árbol o una roca o de cualquier otro elemento prominente. Un bosque de árboles pequeños puede ser un buen lugar.
Alejémonos de objetos metálicos, vallas, líneas telefónicas, eléctricas y no permanezcamos en terrenos abiertos o despejados, o en contacto con charcas o zonas mojadas.
Un coche es un buen lugar para refugiarse de una tormenta.
Todos los años golfistas del todo el mundo pierden su vida o quedan seriamente lesionados por culpa de las tormentas y aunque no he visto la póliza que tenemos para esto, estoy por asegurar que no compensa.