SÉPTIMO ENCUENTRO RUTAS DO VIÑO, GALICIA/PAÍS VASCO

Del 1 al 6 de este mes, un grupo de 35 personas hemos tenido la fortuna de compartir 3 jornadas magníficas con nuestros homónimos del País Vasco. Pero vayamos por partes como diría Jack el Destripador.

 

El día 1 un elegante autobús nos fue recogiendo a lo largo de nuestra Costa Atlántica, Pontevedra, Santiago y La Coruña fueron los puntos de embarque. Desde la capital Herculina salimos directos a Cudillero. Antes nos habíamos presentado y saludado todos en los distintos estacionamientos. Tengo que decir que cuando me subí al autobús me vino a la memoria el último viaje de varios días que había hecho en un autobús, el fin de estudios del curso 1991/1992 de los alumnos de la Compañía de María de La Coruña a los cuales acompañé como padre de una de sus componentes. Ni que decir tiene que los grupos no se parecían en nada pero tampoco eran tan distintos. Las mismas ganas de pasarlo bien, de disfrutar de los compañeros de viaje y de ver cosas nuevas, eso si, en esta ocasión no tuve que controlar quién entraba en cada habitación.

Alguno durante el viaje quiso ver, por la zona de Barreiro, las Catedrales pero lo único que observó fue el campanario de alguna capilla. En Cudillero, vimos un pueblo precioso pero en las fotografías que había colgadas en los establecimientos, ahora el turismo lo ha invadido todo y las terrazas alineadas y uniformadas chocan con el precioso desorden del pueblo antiguo. En cualquier caso valió la pena la visita.

 

Por la tarde y en un santiamén estábamos en Gijón, concretamente en el Palacio de La Llorea en donde nos alojamos.

 

El segundo día jugamos en el campo de la Barganiza, precioso campo, uno de los mejores de Asturias que nos sirvió de entrenamiento para las jornadas de golf que nos esperaban en Navarra, mientras tanto nuestros acompañantes visitaron la elegante ciudad de Oviedo.

 

Después de comer nos marchamos a Pamplona. Fue un viaje animado y hubo tiempo para todo, para descansar, para que Suso Carreira intentara que nos aprendiéramos el  himno de la Ruta, para recordar los 40 principales de los años 60 y 70, para sacar el repertorio que le cantamos a nuestros nietos y para ver por los móviles el España – Italia, que curiosamente cada móvil iba en un tiempo distinto por lo que cuando se cantaron los goles no lo hicimos todos al mismo tiempo.

 

El hotel de Pamplona estuvo muy bien, las habitaciones eran muy confortables si bien el hotel estaba un poco lejos del centro de la ciudad.

 

El tercer día nuestros amigos vascos nos invitaron a ver las regatas en San Sebastián y aunque nuestra afición a las mismas es escasa, tengo que decir que nos encantaron por el ambiente que reina allí en estas competiciones. Todo el personal se viste con los colores de su trainera y abarrota los muelles. Cuando pasan los suyos rugen y arbolan sus banderas, una pasada. Antes, nuestros anfitriones, nos habían esperado delante del ayuntamiento de San Sebastián y desde allí recorrimos la Concha detrás de una pértiga con un molino de papel en la punta con los colores de la Real o del Depor, según lo quisieras ver.

 

Después de disfrutar del evento, los representantes de la Ruta del Vino Vasca. nos llevaron a comer a un Choco, para ellos una Sociedad,  que tienen en el centro de San Sebastián y pudimos disfrutar de una comida exquisita preparada y servida por ellos mismos. Que envidia. Todo lo que nos pusieron estuvo buenísimo y su trato fue excepcional.

 

Al día siguiente jugamos en el campo de golf Castillo de Gorraiz. A simple vista parece un campo fácil ya que tiene las calles muy anchas pero es tal la cantidad de bunkers que sería necesaria toda la arena de la Lanzada para llenarlos. Un gran campo y una gran jornada de golf. En la comida cantamos, con mejor tino y acompañados por Félix Azpiroz y su chistu, el himno de la Ruta, menos mal que habíamos ensayado con Suso Carreira que si no…

Por la tarde/noche bajamos al centro de Pamplona y recorrimos las calles Correos, Mercaderes y como no, la Estafeta. En esta ocasión lo hicimos sin correr delante de nadie, todo lo contrario parando en cada local para hacer avituallamiento.

 

El martes 5 jugamos en uno de los mejores campos que conozco, Ulzama, entroncado en un bosque frondoso y con un diseño retador disfrutamos de una hermosa mañana de golf. Algún tábano quiso fastidiarnos la fiesta pero no lo consiguieron, tanto los vascos como los gallegos somos duros de pelar y no pudieron con nosotros.

 

La entrega de premios fue muy numerosa y, prácticamente, hubo premios para todos. El buen ambiente reino en ella, como lo había hecho en los días previos, y todo resultó de lo más agradable. Los componentes de la Ruta del Vino Vasca, capitaneada por Felipe Alonso, Félix Azpiroz, Javier Subijana, Julio Iglesias, entre otros, y con especial mención para María del Carmen que se encargó de que los acompañantes disfrutaran mientras nosotros le dábamos a la bolita, pusieron todo el interés para que este encuentro resultara agradable y lo consiguieron con creces. Muchas gracias a ellos por todas sus atenciones.

 

Después de la entrega y comida, salimos para León a donde llegamos a las 22,30 h. Un sándwich y a la cama que al día siguiente jugamos en el campo de esta ciudad. El último madrugón para jugar en otro gran campo, no al nivel de los anteriores pero si para disfrutarlo, el problema es que las pilas, para algunos, ya estaban muy gastadas y nos resultó duro, otros, sin embargo, sacaron sus mejores esencias e hicieron un resultado magnifico.

 

La ganadora del circuito, La Barganiza/León, fue Begoña Robles.

 

Y unas horas más tarde llegamos a casa, cansados pero felices de haber participado en este encuentro de Rutas do Viño. Si no hay novedad el próximo año estaremos de nuevo en este encuentro pero esta vez en Galicia, Juan Pedro de Viajes Vento Celta ya está preparando éste evento y alguno más. Estamos en buenas manos.

 

P.D. Del reportaje fotográfico se encargó Carmelo Mesonero, un 10 para él.