¿Está mi bola en el Obstáculo de Agua?

Todos los jugadores hemos oído esta frase muchas veces. En la distancia ya no tenemos una precisión visual para afirmar si nuestra bola se quedó antes del obstáculo o si entró por muy poco. El Libro de Reglas dice que para aplicar la regla 26, “debe saberse o ser prácticamente seguro que la bola está en el obstáculo”. Esta frase nos indica que no es suficiente con que el jugador piense que la bola pueda estar en el obstáculo sin más. Por lo que no puede considerar que la bola esté en un obstáculo de agua, simplemente porque exista una posibilidad de que la bola pueda estar en él.

Ahora bien, aunque la regla nos exige rigurosidad en nuestra decisión, nos ofrece unos márgenes de actuación lo suficientemente amplios como para permitir llegar a juicios sensatos basados en todas las circunstancias de cada caso particular.

1.- Como “referencia general” en los Clubs de Golf los jugadores suelen seguir un orden de preferencia respecto a quien da la prueba razonable de donde está o puede estar una bola y es el siguiente:

  1. A) Quien ha jugado la bola. El propio jugador es quien sabe la distancia que alcanza con cada palo y como ha golpeado la bola, pues nota si ha golpeado bien o si ha golpeado mal.
  2. B) Su marcador y compañeros de partida. Ellos dan su opinión sobre la percepción que han tenido de donde cayó la bola.
  3. C) La experiencia en ese campo de golf sobre las mismas situaciones que se presentan. Quienes juegan habitualmente en ese campo saben por experiencia dónde van a reposar la inmensa mayoría de las bolas que van a la derecha de la calle por donde pasa un arroyo.

2.- Técnicamente, podemos llegar a conclusiones razonables, teniendo en cuenta las pruebas disponibles y las condiciones físicas de la zona alrededor del obstáculo de agua: si el obstáculo está rodeado por una calle bien segada donde una bola difícilmente podría perderse, indicaría que es mucho más probable que la bola esté en el agua, de la que habría si existiera una zona de rough espeso. Y es en este contexto cuando tienen relevancia las matemáticas, como planteamiento para que todos los integrantes de la partida puedan acercar posturas, es decir, tenemos la posibilidad de entender el golf desde un punto de vista matemático. Y la primera disciplina a la que debemos recurrir a la hora de intentar averiguar si una bola reposa en el obstáculo de agua o en otro sitio es la probabilidad (mide la frecuencia con la que se obtiene un resultado). La probabilidad es algo que necesitaremos para afrontar el tomar decisiones bajo una situación de incertidumbre. Las diferentes situaciones tienen un gran número de posibles alternativas, cada una de las cuales con probabilidades de suceso concretas. Para referirse a las probabilidades que tenemos, vamos a establecer el patrón de comunicarnos en porcentajes (que es una forma de expresar un número como una fracción de 100). El porcentaje nos indica las oportunidades que tenemos de que nuestra bola esté en un determinado lugar y no en otro.

Vamos a un ejemplo práctico. Imaginemos que la probabilidad de estar en el obstáculo es del veinte por ciento, esto quiere decir que de cada cinco veces que estemos en esa misma situación, solamente en una será factible que la bola esté en el obstáculo.

Cuando un jugador juega desde el lugar de salida y su bola se dirige claramente a la izquierda de la calle donde hay un obstáculo de agua a lo largo de ese margen izquierdo, pero no ve si ha entrado en el mismo, la probabilidad de que la bola repose en el obstáculo podría ser del noventa por ciento (90%).

Del mismo modo, cuando juega desde el lugar de salida y su bola se dirige claramente a la derecha de la calle donde hay un monte con árboles, nunca podrá considerar que la bola fue a reposar al obstáculo de agua del otro lado, simplemente porque haya oído que la bola golpeó un árbol. El jugador no tiene derecho a suponer que su bola original está en el obstáculo, porque el porcentaje de que la bola estuviera en el mismo, podría ser del diez por ciento (10%). Como vemos, los porcentajes nos pueden ayudar mucho para analizar situaciones de forma efectiva.

También debemos tener presente que la palabra “imposible” no existe en casi ningún deporte y menos en golf. Cuando nuestra bola entra en un obstáculo de agua, o encontramos e identificamos nuestra bola o nunca podremos afirmar con la seguridad del cien por cien que nuestra bola está alojada en él. No es la pretensión de los Comités de Competición llegar a la seguridad total en todas las circunstancias, porque eso sí sería imposible. La mayoría de las veces los jugadores tendrán que tomar decisiones calculando las probabilidades que tienen de que la bola esté en un lugar y no en otro, en definitiva, la suposición debe estar especialmente a favor de que esté en el obstáculo y cuando es así, la partida debería entender razonable la determinación honesta tomada por el jugador.

Por supuesto, hay otros aspectos que pueden influir en la decisión final que se pueda tomar, pero exceden la pretensión de este artículo, que solo pretende ser una pequeña ayuda para los jugadores.