El golf tiene mucha similitud con el mundo empresarial, más que con el empresario, con el trabajador que entra a formar parte de una empresa. Todo trabajador aspira a escalar puestos en el organigrama de su empresa, es algo lÃcito y va ligado a las ambiciones profesionales que tiene cada uno, todos aspiran a ascender aunque sólo unos pocos lo conseguirán.
En el golf sucede algo similar, el ascenso viene marcado por el hándicap y a todos nos gustarÃa tener un hándicap maravilloso, bueno excepto a algún emboscado. ¿Ser hándicap 8 lo es? Sin duda, muchos de vosotros contestarÃais afirmativamente. Pero ¿realmente lo es?
Hace unos años fui a jugar un torneo de mi empresa en Lerma (Burgos) y allà coincidà con una compañera de Madrid, con muchos años de golf en la espalda, que me preguntó ¿Qué hándicap tienes? 18, le dije. ¿Y lo cumples? SÃ, respondà ufano. En aquel momento no entendà muy bien aquella pregunta pero con el paso de los años me di cuenta que todos llegamos a un nivel de hándicap que es como nuestro tope. Hasta aquà llegaste pero ya no tienes posibilidades de mejorarlo y lo que es peor te pasas meses en que no lo cumples nunca. Si llevas 3 años en un mismo hándicap, uno más o uno menos, has llegado a tu lÃmite, a no ser que estés dispuesto (y puedas) dedicarle más tiempo, a entrenar más y a analizar tarjeta a tarjeta en que aspectos del juego puedes mejorar y como hacerlo.
Con el tiempo me he ido dando cuenta que las bajadas de hándicap te van llevando a tu nivel de incompetencia. Antes cumplÃa mi hándicap con suma facilidad, ahora lo hago rara vez.
¿Determina el hándicap nuestro nivel de incompetencia? Sin duda alguna. Tarde o temprano, todos llegamos a tener un hándicap que nos resulta imposible mejorarlo. Podremos hacerlo a base de entreno, estrategia o actitud en el campo, pero será un paso más para llegar a nuestro lÃmite.
DecÃa Laurence J. Peter, que todos tendemos a trepar hacia nuestros niveles de incompetencia. Pasado un perÃodo de tiempo, todo empleado (golfista) asciende a su nivel de incompetencia. El trabajo es realizado por aquellos empleados que aún no han alcanzado su nivel de incompetencia. En nuestro caso, en el golf, los que ganan los torneos son los que aún no han llegado a su techo, a su hándicap máximo, a su incompetencia.
DecÃa Ortega y Gasset, perdonad estas citas pedantes, que todos los empleados públicos deberÃan descender a su grado inmediato inferior para no ser unos incompetentes, esto aplicado al golf quiere decir que, todos, deberÃamos tener un hándicap que cumpliéramos con cierta regularidad aunque en ese caso, no fuera nuestro verdadero hándicap.
En definitiva con este razonamiento los emboscados son competentes y los demás unos incompetentes. Curioso.
Lo mejor es ver la clasificación scratch y ahÃ, realmente, podremos observar quienes son los mejores aunque ya hayan llegado a su nivel de incompetencia.
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